Me he realizado esta pregunta varias noches, no sé si verdaderamente la finalización de nuestra relación haya desencadenado en mi una profunda melancolía. Fuimos felices, no podemos negarlo, terminamos nuestra relación de la forma más madura posible, ella no me engaño, ni yo la engañe a ella, quizá eso en ocasiones me sirve de consuelo.

Precisamente ahora la extraño, precisamente justo ahora siento que la extraño demasiado, pienso en ella, pienso en querer llamarla y querer escuchar nuevamente su voz, pienso en irla a buscar y decirle que le amo tanto, que la amo tanto o incluso mas que la primera vez que la ame.

Mi escritos no son los mejores, mi forma de escribir es patética, incluso cometo errores al hacerlo, no llama la atención de nadie y mucho menos espero que lo haga. ¿Acaso esto mismo fue lo que dio lugar nuestra separación?, no, eso no puede ser. Si mi mente no me traiciona terminamos por el hecho de que nuestra religión no nos permitía estar juntos. Pero por Dios, de que nos ha servido seguir con ese cuento. Yo la amaba y ella decía amarme, entonces ¿por qué una religión debió de separarnos?.

Mi querido amor, de que nos sirvió la religión que profesa amor, si fue esa misma religión la que según tú nos causaría muchos problemas en un futuro.